A pesar de las apariencias, la relación de los ingleses con el café no es reciente ni mucho menos. De hecho, esta bebida llegó antes que el té a estas tierras, y en su momento gozó de bastante éxito. La primera coffeehouse fue abierta en Inglaterra en el siglo XVII, y pronto florecieron como animados lugares de reunión que admitían una mezcla variada de clases sociales, menos rígida que lo que la estratificada sociedad de esos tiempos solía permitir. En los coffeehouses ingleses se leían avidamente los primeros periódicos, se difundían novedosas ideas políticas e incluso se desarrollaban negocios: la importante entidad financiera Lloyds comenzó en esos años como una humilde coffeehouse.
Poco tienen que ver las actuales cafeterías inglesas con las antiguas coffeehouses. El gusto por el café, sin embargo, sí que parece está renaciendo. En las estanterías de los supermercados es fácil encontrar una soberbia selección de distintas variedades de cafés: colombiano, costarricense, etíope, de Java...
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